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En el ejercicio médico, no solo se trata de diagnosticar y tratar enfermedades, sino también de establecer una comunicación transparente y empática con los pacientes. Explicar los riesgos asociados a un tratamiento, los posibles resultados y las alternativas es una responsabilidad crucial para generar confianza y fomentar decisiones informadas.
A continuación, se presentan recomendaciones clave para mejorar la comunicación médico-paciente en escenarios complejos.
La importancia de la comunicación efectiva en el entorno médico
La relación entre médicos y pacientes no siempre es sencilla. Factores como las emociones, las diferencias culturales y las expectativas sociales pueden influir en cómo se recibe y transmite la información. Por ello, el médico debe manejar un lenguaje claro, empático y accesible que brinde seguridad tanto al paciente como a sus familiares.
4 Estrategias clave para comunicar diagnósticos y riesgos
1. Habla con claridad
Es fundamental evitar el uso excesivo de tecnicismos médicos que puedan confundir al paciente. En lugar de esto:
Explica la enfermedad de forma sencilla: describe los síntomas, el impacto en la salud y los riesgos asociados.
No ocultes información crítica: menciona los factores que pueden complicar la recuperación, incluidas las consecuencias graves como la posibilidad de muerte, si corresponde.
Utiliza ejemplos cotidianos para hacer más comprensible el diagnóstico y tratamiento.
2. Emplea herramientas visuales
El uso de recursos visuales puede mejorar significativamente la comprensión del paciente.
Modelos 3D o ilustraciones: Muestran de forma detallada la zona afectada y ayudan a explicar la progresión de la enfermedad.
Folletos y diagramas: Son herramientas útiles para complementar la explicación verbal.
Aplicaciones y simuladores digitales: Permiten visualizar el cuerpo humano y entender cómo reacciona a los tratamientos propuestos.
Estas herramientas no solo facilitan la comprensión, sino que refuerzan la confianza del paciente en el proceso.
3. Responde a todas las preguntas
La interacción debe ser un diálogo, no un monólogo. Para garantizar que el paciente y sus familiares comprendan plenamente:
Realiza pausas durante la explicación para comprobar su entendimiento.
Anima a los pacientes a expresar sus dudas y preocupaciones con preguntas como:
“¿Esto responde a tus dudas?”
“¿Necesitas que lo explique de otra manera?”
Tómate el tiempo necesario para aclarar todas las inquietudes, incluso las más simples.
Una comunicación abierta y paciente refuerza la confianza y permite que se tomen decisiones informadas.
4. No ocultes los riesgos
Ser honesto sobre los riesgos es fundamental para preservar la confianza.
Expón los riesgos claramente: Habla de posibles complicaciones y el alcance real del tratamiento, utilizando un lenguaje cuidadoso pero directo.
Proporciona alternativas: Si existen opciones adicionales, preséntalas con sus respectivas ventajas y desventajas.
Apoyo emocional: En casos complejos o terminales, comunica la información en presencia de un familiar y ofrece palabras de aliento que demuestren tu interés por el bienestar del paciente.
La clave está en la empatía y la preparación
Los médicos no solo deben dominar los aspectos técnicos de su práctica, sino también perfeccionar sus habilidades comunicativas. Al informar sobre los riesgos de un tratamiento, recuerda:
Escuchar activamente al paciente.
Mostrar respeto y sensibilidad en cada interacción.
Proporcionar información clara y suficiente para que el paciente se sienta seguro.
Mejorar la comunicación no solo beneficia a los pacientes, sino que también reduce el riesgo de malentendidos y fortalece la confianza en la relación médico-paciente.